La falta de inteligencia emocional tiene una repercusión directa sobre la conducta de los niños. ¿Sabes cómo? Estos son los problemas derivados de la falta de inteligencia emocional más comunes en los niños:
Rabietas. Los niños que no son capaces de manejar su ira y frustración, estallan en estridentes rabietas, prolongadas en el tiempo. Son niños que tienden a 'exigir' todo mediante pataletas y berrinches y que no son capaces de aceptar un 'No'.
Malas contestaciones. Cuando un niño no es capaz de manejar sus emociones, acuden de forma impulsiva a las contestaciones inadecuadas, en la mayoría de los casos acompañadas de una actitud agresiva y dominante.
Desmotivación. Cuando un niño no controla sus emociones, pierde el interés y la motivación por aprender. En clase, son niños apáticos, o bien que prefieren 'llamar la atención' con su mala conducta, ya que no les interesa prestar atención en clase.
Dificultad en las relaciones sociales. Los niños con baja inteligencia emocional son también niños con problemas de habilidades sociales. Si no son capaces de manejar sus propias emociones ¿cómo van a ser capaces de manejar las emociones proyectadas hacia los demás? Por eso, una falta de inteligencia emocional puede derivar en niños agresivos con otros niños o por lo contrario, niños retraídos a los que les cuesta mucho relacionarse con los demás, integrarse en los grupos y ser aceptados.

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