martes, 6 de noviembre de 2018

DANIEL GOLEMAN Y SU TEORÍA SOBRE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

De poco nos sirve un cerebro brillante y un elevado cociente intelectual si no entendemos de empatía, si no sabemos leer emociones propias y ajenas. Ser extranjeros del propio corazón y de esa conciencia social donde aprender a conectar, a gestionar el miedo y a ser asertivos es dejar a un lado valiosas capacidades. Porque la inteligencia emocional es, lo queramos o no un pilar esencial para ser felices.
A nadie le sorprenderá si decimos que a día de hoy el debate sobre lo que es y no es la inteligencia parece no haberse cerrado del todo. La evidencia empírica constata, por ejemplo, la existencia del factor “G” de Spearman,  entendido como un fundamento básico y esencial que define todo comportamiento inteligente. También tenemos la teoría triárquica de Robert J. Sternberg, y cómo no, el popular enfoque de las inteligencias múltiples de Howard Gardner.
La clave para alcanzar un alto cociente intelectual colectivo es la armonía social”.
¿Dónde queda entonces la llamada inteligencia emocional de Daniel Goleman? Bien en realidad es interesante saber que esa idea, ese concepto y esa esencia siempre ha estado presente a lo largo de la historia de la psicología. El profesor Goleman no la formuló, solo la popularizó en 1995 gracias a su libro Inteligencia emocional, del cual lleva vendidas ya más de 5 millones de copias.
   

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